Puntos útiles en la educación de los recién nacidos que les sirven en la edad adulta






El recién nacido no mama de otra que no sea su madre los dos o tres primeros días

Es conveniente que el recién nacido no mame de otra mujer que no sea su madre los dos o tres primeros días que siguen de su nacimiento: es preferible porque la leche de su madre en ese momento es basta y adulterada, lo que no es el caso de la que amamanta desde hace tiempo. Los árabes concedían una gran importancia a esta práctica y dejaban a sus hijos con nodrizas de entre las mujeres beduinas, como fue el caso del Profeta –la paz y las bendiciones de Allah sean con el- que fue amamantado por  Bani Saad.


No llevar [a los bebés] en el carro para pasear hasta que tengan al menos tres meses

No es conveniente llevar en el carro [a los bebés] para pasear hasta que tengan al menos tres meses, dado que apenas acaban de nacer y son frágiles.


La alimentación exclusivamente de la leche de sus madres hasta que sus dientes salgan

Es conveniente limitar su alimentación exclusivamente con la leche de sus madres hasta que sus dientes salgan, a causa de la fragilidad de su estomago y de la debilidad de su capacidad de digestión. Cuando los dientes de leche salen, su estomago se hace sólido y puede por consecuencia alimentarse de otros alimentos; en efecto, Allah –alabado y ensalzado sea- retardó la salida de sus dientes [de los bebés] hasta que naciera en ellos la necesidad de otros alimentos, por Su sabiduría, Su dulzura y por misericordia con la madre y sus pezones; así, el hijo no podrá mordérselos.


Proceder progresivamente en la alimentación

Es conveniente proceder progresivamente en la alimentación: se empieza por darles los alimentos blandos tales como el pan empapado en el agua caliente y la leche fresca o cuajada; después los alimentos cocidos, el caldo graso sin carne, y a continuación la carne fina después de haberla correctamente aplastado.


No preocuparse por los llantos y gritos del bebé

No es conveniente que los padres se preocupen por los llantos y gritos del bebé, particularmente si ocurren antes de que él amamante cuando está hambriento, dado que estos llantos le son de gran utilidad: aflojan a sus miembros [del cuerpo], amplían sus entrañas y su pecho, calientan su cerebro, atemperan su carácter, excitan sus instintos, agitan todo su cuerpo para extirpar sus excedentes y rechazan los residuos de la cabeza como el moqueo y otros.


Envolver [al bebé] con una mantilla y ponerle los pañales

Es conveniente no descuidar el envolver [al bebé] y ponerle los pañales aunque para él sea difícil de soportar, hasta que su cuerpo esté sólido, sus miembros [del cuerpo] fuertes y pueda sentarse. Cuando se vuelva flexible, se le puede, sin negligencia  entrenar a [realizar] movimientos, a mantenerse de pie suavemente hasta que él pueda hacerlo por sí mismo.




Proteger al bebé de las cosas que le asustan, los sonidos ardientes y horribles

Es conveniente proteger al bebé de las cosas que le asustan, los sonidos ardientes y horribles, las imágenes terribles y los gestos molestos, dado que todo eso puede perturbar su espíritu a causa de su fragilidad e impedirle beneficiarse en la edad adulta. Si él es víctima de una de estas cosas,  será necesario inmediatamente remediar eso, por su contrario, distraerle con lo que le haga olvidarlo, ponerle rápido los senos en la boca y acelerar su lactancia para borrar de su memoria lo que le agrava para impedir que se grave en su espíritu antes de que su erradicación se haga difícil. Se le debe mimar delicadamente hasta que encuentre el sueño y el objeto de su miedo se evada. No hay que descuidar esta conducta, porque sino el temor y el miedo invadirán su corazón, crecerá en ese estado y será difícil quitarlo.


Cuando sus dientes empiezan a salir

Cuando [los bebés] alcanzan la edad en la que los dientes empiezan a salir, es conveniente untarles la encía cada día con mantequilla fresca y fundida y frotarles frecuentemente la mandíbula inferior. También habría, en ese momento, que evitar poner a su alcance todo alimento u objeto sólido y prohibírselos hasta que la dentición sea completa y fuerte, ya que ello puede exponer sus dientes al deterioro y a la deformación.

La actitud del hijo cambia cuando sus dientes empiezan a salir: vomita, se enfada y está de mal humor, particularmente si ello sucede en el frio intenso del invierno o en el calor ardiente del verano. El otoño y la primavera son las estaciones más agradables para la salida de los dientes. Los dientes empiezan a salir en el séptimo mes, a veces a los cinco meses y otras se retrasa hasta los diez meses. En ese momento, hay que  tratarle con dulzura, ducharle regularmente y alimentarle con una alimentación simple. Sin embargo, la flexibilidad de su vientre en ese momento le es más beneficiosa que el estreñimiento. Si sufre de estreñimiento en el momento en el que sus dientes salen, conviene entonces ocuparse de él lo más pronto posible, dado que no hay nada más nocivo  para el hijo en ese momento que el estreñimiento y nada le es tan beneficioso como la flexibilidad y la moderación de su estado. La mejor cosa que permite facilitar su digestión es darle miel o menta en polvo mezclada con miel. También, la madre, en ese momento, ha de adormecer sus propias comidas y bebidas y evitar toda alimentación nociva.


En la aproximación de la edad en la que [los bebés] empiezan a hablar

En la aproximación de la edad en la que [los bebés] empiezan  a hablar, si se les quiere facilitar la palabra, se frota su lengua con miel y sal gema, ya que esto ayuda a desatar la lengua.  En cuanto comienzan a articular algunas palabras, se les ha de hacer decir: No hay divinidad digna de adoración excepto Allah y Muhammad es el Mensajero de Allah; y que las primeras palabras que ellos escuchen sean sobre el conocer a Allah –alabado y ensalzado sea- y Su unicidad, que Él está sobre Su trono observando las criaturas y escuchando sus palabras donde quiera que estén.


Evitar hacer caminar al bebé antes del momento propicio

Es conveniente también, evitar hacer caminar al bebé antes del momento propicio; ello puede causar una dislocación y deformar sus huesos porque sus piernas frágiles no soportan este ejercicio. Advierto fuertemente a los padres contra el impedirle [al hijo] hacer lo que tenga necesidad, así ellos no deben impedirle vomitar, dormir, alimentarse, beber, estornudar, orinar ni evacuar sangre. Retener [alguna de estas cosas] causa perjuicios también tanto al bebé como al adulto. Y Allah sabe más.


Artículo extraído de: www.oummietmoi.net
Fuente: Preceptos del recién nacido de Ibnu Al Qayyim
Traducido por Ummu Darda Al Andalusiya

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