Él creó al hombre de una manera notable a partir de un extracto de arcilla
Él creó al hombre de una manera notable a partir de un extracto de arcilla; después hizo una gota de esperma situada en una zona de un monumento sólido. A continuación, hizo del esperma una adherencia negruzca; y de la adherencia, creó un embrión, después de este embrión, Él creó los huesos en medidas, formas y de diferentes utilidades, que sirven de estructura, para así crear el esqueleto principal en el cuerpo; luego revistió los huesos con carne, igual que las vestimentas cubren el cuerpo de la gente vestida, y a continuación transformó el conjunto en otra creación.
¡Bendito sea Allah, el mejor de los creadores!
- Allah –alabado y ensalzado sea- estableció un conjunto de reglas. Que rigen la existencia del hombre, después su llegada en la tierra hasta el día en el que ganará su morada eterna en el otro mundo.
- Incluso antes de esto, cuando él se encontraba en las tres tinieblas [el vientre, la matriz y la placenta], el hombre ya se sometía sin restricción a las leyes naturales de Allah –alabado y ensalzado sea-.
- Después de su nacimiento, las órdenes divinas se aplican en adelante a él a través de sus padres interpuestos o de los que están bajo su tutela.
- Allah –alabado y ensalzado sea- en efecto, ha prescrito que deben aplicarse al hijo menor por medio de su tutor.
- Luego una vez que se ha hecho mayor, van dirigidas a él directamente, y éste se hace responsable de sus actos [las plumas comienzan a registrar sus obras] y las disposiciones legales relativas a los incrédulos o a los musulmanes se aplican en adelante a él.
- En ese momento, él comienza efectivamente a dirigirse hacia la morada de los bienaventurados o a la de los condenados.
- Él recorre así todas las etapas, de día y de noche hasta la morada en la cual está predestinado cogiendo en estas etapas las causas que le conducen [ahí] realizando los actos apropiados como tantos jalones.
- Al final del trayecto, alcanza el hábitat que se le construyó antes de su creación: Sea la morada del infortunio, sea la de la felicidad.
- Allí, deposita su bastón de peregrino y se establece definitivamente, encontrando por fin la morada de la justicia como refugio o la morada de la felicidad como lugar de estancia.
يَهَبُ لِمَن يَشَاءُ إِنَاثاً وَيَهَبُ لِمَن يَشَاءُ الذُّكُورَ
“Da hijas a quien Él quiere y da hijos a quién Él quiere”. (42:49)
Bendito sea Allah El Sublime, El más grande, El Indulgente, El Noble, El Clarividente, El Sabio.
Artículo extraído de: www.oummietmoi.net
Fuente: Los preceptos del recién nacido de Ibnu Al Qayyim
Traducido por Ummu Darda Al Andalusiya
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